I.
Lluvia de flores
31 de Octubre, 1974
Subhuti era uno de los discípulos de Buda. Él pudo
comprender la potencia del vacío -el punto de vista de
que nada existe excepto en su relación de subjetividad y
objetividad.
Un día, cuando Subhuti estaba sentado bajo un árbol en
un estado de sublime vacío, empezaron a caer flores a su
alrededor.
"Te alabamos por tu discurso sobre el vacío", le
susurraron los dioses. "Pero yo no he hablado del
vacío", dijo Subhuti. "No has hablado del vacío, no
hemos oído el vacío", respondieron los dioses. "Esto es
verdadero vacío". Y cayeron flores sobre Subhuti como
lluvia
Sí, sucede. No es una metáfora, es un hecho -así que no
te tomes esta historia metafóricamente. Es literalmente
verdad. Porque la totalidad de la existencia se siente
feliz, dichosa, extática, incluso cuando es una sola
alma quien alcanza lo supremo.
Somos parte de la Totalidad y la Totalidad no es
indiferente a nosotros, no puede serlo. ¿Cómo va a ser
una madre indiferente a su hijo? Es imposible. Cuando el
niño crece, la madre también crece con él. Cuando el
niño es feliz la madre también es feliz con él. Cuando
el niño danza, algo danza también en la madre. Cuando el
niño está enfermo, la madre está enferma. Cuando el niño
es desdichado, la madre es desdichada. Porque no son
dos; son uno. Sus corazones laten a un mismo ritmo.
La Totalidad es tu madre. La Totalidad no es indiferente
a ti. Permite que esta verdad penetre en tu corazón tan
profundamente como sea posible, porque incluso esta
consciencia de que la Totalidad se siente feliz contigo,
te cambiará. Entonces ya no estás alienado, ya no eres
un extranjero aquí. Ya no eres un vagabundo, sin hogar,
porque todo es un hogar. Y la Totalidad es tu madre, te
cuida, te ama. Así que es natural que cuando alguien se
convierte en un Buda, y alcanza la cima suprema, toda la
existencia danza, toda la existencia canta, toda la
existencia lo celebra. Es literalmente verdad. No es una
metáfora, recuerda; de otra forma errarás toda la
cuestión.
Llueven flores, y continúan lloviendo -nunca se
detienen.
Las flores que llovieron para Subhuti aún siguen
lloviendo.
Tú no las puedes ver, no porque no estén cayendo, sino
porque no eres capaz de verlas.
La existencia continúa la celebración infinitamente, por
todos los Budas que han sido, por todos los Budas que
están siendo, y por todos los Budas que serán, porque
para la Existencia no hay pasado, presente y futuro. Es
una continuidad. Es eternidad. Sólo existe el ahora, el
ahora infinito.
Aún llueven, pero no puedes verlas.
A no ser que caigan sobre ti, no puedes verlas; y cuando
las veas cayendo para ti, verás que han estado lloviendo
para todos los Budas, para todas las almas iluminadas.
La primera verdad es que a la Existencia le importa lo
que te sucede. La existencia está orando continuamente
para que te suceda lo Supremo. De hecho, tú no eres otra
cosa que una mano extendida por la Totalidad para
alcanzar lo supremo. No eres otra cosa que una ola que
viene de la Totalidad para tocar la luna. No eres otra
cosa que una flor abriéndose, para que la Totalidad se
llene de fragancia a través tuyo.
Si puedes abandonarte a ti mismo, esas flores pueden
llover esta misma mañana, en este mismo momento. Los
Dioses siempre están dispuestos. Sus manos siempre están
llenas de flores. Simplemente observan y esperan. Cuando
alguien se vuelve un Subhuti -vacío; cuando alguien está
ausente, de pronto empiezan a caer flores.
Éste es uno de los hecho básicos. Sin darse cuenta de
ello no hay posibilidad de confianza. Sin ello no hay
posibilidad de que alguna vez alcances la Verdad. A no
ser que la Totalidad te ayude, no hay posibilidad de que
la alcances. ¿Cómo vas a alcanzarla? Y ordinariamente
nuestras mentes piensan justo lo contrario. Pensamos en
la Totalidad como en el enemigo, no como el amigo, nunca
como la madre. Pensamos en la Totalidad como si la
Totalidad estuviera tratando de destruirnos. Miramos a
la Totalidad a través de la puerta de la muerte, no a
través de la puerta del nacimiento. Pareciera como que
la Totalidad está contra ti, luchando contigo, no
permitiéndote alcanzar tus metas y propósitos, no
permitiéndote tu plenitud. De aquí que continúes
haciéndole la guerra continuamente. Y cuanto más luchas,
más verdadera te parece tu falsa idea; porque si luchas,
tu propia lucha te retorna reflejada en la Totalidad.
La Totalidad te apoya, recuerda. Incluso cuando luchas,
la Totalidad te apoya. Incluso cuando luchas y estás
equivocado, la Totalidad de apoya. Ésta es la segunda
verdad que hay que comprender bien. Si no lo comprendes,
te será difícil continuar. Incluso cuando luchas con la
Totalidad, la Totalidad te apoya; porque la Totalidad no
puede hacer otra cosa que apoyar. Si te descarrías, aún
la Totalidad te cuida. Incluso si te descarrías, la
Totalidad va contigo. Si un niño se descarría, la madre
aún se interesa por él. Si el niño se vuelve un ladrón y
está enfermo, la madre aún le cuidará, nunca le dará
veneno. Si el niño se descarría completamente, por el
mal camino, la madre aún orará por él. Ése es el
significado de la historia de Jesús sobre los dos
hermanos.
Uno de ellos se fue, lejos del padre, descarriado, se
gastó su parte de herencia y se convirtió en un mendigo,
un jugador, un borracho. El otro permaneció con el
padre, ayudó en los negocios, trabajó en la granja y en
los jardines, incrementó la heredad, ayudó en todas las
formas, sirvió al padre con un espíritu de entrega. Y
cuando de pronto llegaron noticias de que el otro
hermano se había convertido en un mendigo, de que
mendigaba por las calles, el corazón del padre empezó a
compungirse y todas sus oraciones fueron para él. Se
olvidó completamente del que estaba cerca y sólo
recordaba al que estaba distante. Por la noche, éste
estaba presente en sus sueños, pero no el que estaba
cerca y trabajando para él, que era bueno en todos los
sentidos.
Un día el hijo mendigo regresó y el padre preparó un
gran festejo. El hijo bueno volvía a casa desde la
granja y alguien le dijo: "¡Mira la injusticia de tu
padre! Tú le amas, le cuidas y le sirves, has
permanecido con él, has sido absolutamente bueno, nunca
has hecho nada en contra de su deseo, pero nunca ha
preparado una fiesta para ti. ¡Sin embargo ha mandado
matar al cordero más gordo para tu hermano, el que se
descarrió y que ahora vuelve como un mendigo! ¡Y toda la
casa lo está celebrando!".
El hijo, el hijo bueno, se sintió muy herido. Le parecía
absurdo. Volvió a casa enfadado. Habló con su padre:
"¿Qué estás haciendo? Nunca has dado una fiesta para mí,
que te he servido, ¿y qué ha hecho por ti este otro
hijo? Se gastó la herencia, se lo jugó todo, ¡y ahora
vuelve a casa como un mendigo!".
El padre dijo: "Sí, porque tú estás tan cerca y eres tan
bueno y eres tan feliz que no necesito preocuparme por
ti. Sin embargo, mis oraciones y mi amor siguen al hijo
que fue por el mal camino!".
Jesús solía contar esta historia a sus discípulos una y
otra vez, porque, como él dijo, Dios puede olvidar a los
santos, no hay necesidad de recordarlos, pero Dios no
puede olvidar a los pecadores.
Se habla de Dios como de un padre, pero yo os digo que
Él no es un padre, es una madre; un padre no es un
fenómeno tan profundo como una madre, por eso los
hindúes Le llaman madre -Dios es madre, actúa como una
madre. Y Jesús dijo que siempre que un pastor va de
vuelta a casa y una oveja se ha perdido, deja a todas
las ovejas en el bosque, en la noche oscura, y va en
busca de la que se ha perdido. Y cuando encuentra a la
oveja perdida, la lleva sobre sus hombros y se regocija
y vuelve a casa sintiéndose feliz, porque la que se
había perdido ha sido encontrada. Siempre que sucede así
-y todos somos ovejas perdidas- el pastor se regocija.
Empiezan a llover flores.
En Oriente los dioses no son antropomórficos: son
fuerzas naturales. En Occidente se ha personificado la
divinidad tan sólo para darle un corazón, un latido,
para hacerlo más sensible. Por su parte, los hindúes,
los budistas, han convertido todas las fuerzas naturales
en dioses, ¡y tienen razón! Cuando Subhuti alcanzó el
vacío, los dioses empezaron a llover.
Y el significado es muy hermoso: el sol es un dios para
los hindúes y budistas, el cielo es un dios; cada árbol
es un dios. El aire es Dios, la tierra es Dios. Todo
tiene un corazón, ése es el significado. Todo siente,
ése es el significado. Nada es indiferente a ti, ése es
el significado. Y cuando tú lo alcanzas, todo lo
celebra. Entonces el sol brilla de forma diferente; ha
cambiado su cualidad.
Para los que son ignorantes todo sigue igual. El sol
brilla igual que antes, porque el cambio de cualidad es
muy sutil y sólo alguien que está vacío puede sentirlo.
No es algo burdo, así que el ego no puede sentirlo. Lo
burdo es el campo del ego. Lo sutil sólo se puede sentir
cuando no hay ego, porque es tan sutil que si está ahí,
te lo perderás: tu mera presencia es suficiente estorbo.
Cuando uno está totalmente vacío, la cualidad del sol
cambia inmediatamente, tiene una poesía de bienvenida.
Su calidez no es sólo calidez, se ha convertido en amor:
una calidez amorosa. También el aire es diferente, se
queda un poco más tiempo a tu alrededor, te toca con más
sentimiento, como si tuviese manos. El tacto es
totalmente diferente, con más sensibilidad. El árbol
florecerá, pero no de la misma forma. Ahora las flores
brotan del árbol como si saltasen.
Se dice que siempre que Buda pasaba por un bosque, los
árboles florecían aun cuando no fuera la estación.
¡Tiene que ser así! El hombre puede errar en reconocer a
Buda, pero, ¿cómo van a errar los árboles? ¡Ellos no
tienen mente! Y cuando Buda camina por un bosque,
empiezan a florecer. Es natural, ¡tiene que ser así! No
es un milagro. Pero puede que no seas capaz de ver esas
flores, porque esas flores no son realmente físicas.
Esas flores son los sentimientos de los árboles. Cuando
pasa Buda el árbol tiembla de forma diferente, late de
forma diferente, ya no es el mismo. Éste es el
significado. La Totalidad cuida de ti, la Totalidad es
tu madre.
Ahora trata de comprender esta parábola, una de las
mejores.
Subhuti era uno de los discípulos de Buda.
Buda tenía miles de discípulos. Subhuti era sólo uno de
ellos. No tenía nada especial. En realidad nadie sabe
gran cosa de él, pues ésta es la única historia en la
que se le menciona. Había otros discípulos renombrados y
famosos, grandes eruditos; había príncipes que
renunciaron a sus reinos y los abandonaron para hacerse
discípulos de Buda; eran hombres importantes, pero no
llovieron flores sobre ellos. Las flores eligieron a
Subhuti, que era sólo un discípulo más, sin nada
especial.
Pero es que sólo entonces llueven flores; de otra forma,
si te sientes especial alrededor de un Buda, ¡te
equivocas! Puedes sentirte lleno de ego por estar cerca
de un Buda, puedes crear una jerarquía, o pensar, "Yo no
soy un discípulo ordinario, soy algo especial: soy el
siguiente a Buda. Los demás son sólo ordinarios, una
multitud, pero yo no soy una multitud, yo tengo un
nombre, una identidad propia. Ya antes de venir a Buda
era alguien". Y así sigues siendo alguien.
Sariputta vino a Buda. Cuando vino lo hizo con
quinientos discípulos propios. Era un maestro. Por
supuesto, un maestro no iluminado, que no sabía nada,
pero que creía que sabía porque era un gran erudito y
conocía todas las escrituras. Había nacido brahmín y
tenía mucho talento, un genio. Desde su misma infancia
destacaba por su gran memoria: podía memorizar cualquier
cosa. Sólo tenía que leer una escritura una vez, y ya
estaba memorizada. Era conocido en todo el país. Cuando
vino a Buda era alguien. Se hizo discípulo de Buda pero
siguió siendo alguien. Ese "ser alguien" se convirtió en
la barrera.
Estos dioses parecen ser muy irracionales: han elegido a
un discípulo, Subhuti, que era sólo uno entre la
multitud, sin nada especial. ¡Estos dioses parecen estar
locos! Deberían haber elegido a Sariputta; pero no fue
así. No eligieron a Ananda, el primo-hermano de Buda, la
sombra de Buda durante cuarenta años. Durante cuarenta
años no estuvo ni un momento lejos de Buda. Dormía en la
misma habitación, le acompañaba a todas partes. Era la
persona más conocida. Todas las historias que contó
Buda, comienza diciéndoselas a Ananda: "Ananda, sucedió
así...", "Ananda, sucedió una vez...", "Ananda" y
"Ananda" y "Ananda". Sin embargo, estos dioses locos no
le eligieron a él, sino a Subhuti, ¡un don nadie!
Recuerda, sólo los don nadies son elegidos; porque si
eres alguien en este mundo no eres nadie en el otro. Si
aquí eres nadie, te conviertes en alguien en el otro
mundo. Los valores difieren. Aquí, las cosas burdas son
valiosas; allí son valiosas las cosas sutiles. Y lo más
sutil, lo más sutil posible es: no ser. Subhuti vivía
entre la multitud, nadie conocía ni siquiera su nombre,
y cuando llegaron estas noticias de que llovían flores
sobre Subhuti, todo el mundo se preguntaba: "¿Quién es
ése Subhuti? Nunca hemos oído hablar de él. ¿Ha sucedido
esto por accidente? ¿Le han elegido los dioses
equivocadamente?". ¡Había tantos que estaban más altos
en la jerarquía! Y seguramente Subhuti era el último.
Ésta es la única historia acerca de Shubuti.
Trata de comprenderla bien. Cuando estés junto a un gran
Maestro sé un nadie. Los dioses están locos, te elegirán
sólo cuando no seas. Y si intentas ser, cuanto más
triunfes en ser alguien, más errarás. Esto es lo que
buscamos en el mundo; y lo que intentamos también
alrededor de un Buda. Anhelas riquezas. ¿Por qué? Porque
con riquezas te haces alguien. Anhelas prestigio y
poder. ¿Por qué? Porque con poder y prestigio no eres
ordinario. Anhelas aprender, tener erudición, adquirir
conocimientos. ¿Por qué? Porque con conocimientos tienes
algo de lo que estar orgulloso.
Pero así los dioses no te elegirán. Tienen su propia
forma de elegir. Si tú mismo estás golpeando demasiado
tu tambor, no hay necesidad de que los dioses lluevan
flores sobre ti: ya tú estás arrojando flores sobre ti
mismo. Cuando dejás de enorgullecerte de todas las
cosas, de pronto toda la existencia empieza a
enorgullecerse de ti. Dice Jesús, "Los que son los
primeros en este mundo serán los últimos en el Reino de
Dios. Y los que son los últimos serán los primeros".
Sucedió una vez que un hombre muy rico murió el mismo
día en que también había muerto un mendigo en la ciudad.
El nombre del mendigo era Lázaro. El rico fue
directamente al infierno y Lázaro directamente al cielo.
El rico miró hacia arriba y vio a Lázaro sentado junto a
Dios y gritó al cielo: "Parece que algo ha ido mal. ¡Yo
debería estar ahí y este mendigo debería estar aquí!".
Dios se rió y dijo: "Los últimos serán los primeros, y
los primeros serán los últimos. Tú has disfrutado
suficiente siendo el primero, ahora deja que Lázaro
disfrute un poco".
Y el rico tenía mucho calor (por supuesto, en el
infierno aún no hay aire acondicionado), un calor
abrasador. Tenía mucha sed y no había agua. Así que
gritó de nuevo y dijo: "Dios, por favor, al menos envía
a Lázaro con un poco de agua, tengo mucha sed".
Y Dios dijo: "Lázaro tuvo sed muchas veces, casi
muriendo en tu puerta, y tú nunca le diste nada. Se
estaba muriendo, hambriento en tu puerta, y aunque dabas
una fiesta cada día con muchos invitados; a él siempre
le echaban de la puerta tus criados, porque los
invitados eran poderosos: políticos, diplomáticos,
hombres ricos; y un mendigo era inoportuno. Tus criados
le perseguían cuando tenía hambre, mientras que la gente
que estaba invitada se saciaba. Tú nunca miraste a
Lázaro. Ahora es imposible".
Y se dice que Lázaro se rió.
Ésta se convirtió en una profunda historia sobre la que
reflexionaron muchos místicos cristianos. Fue como un
koan zen, y en los monasterios cristianos se han estado
preguntando una y otra vez por qué se rió Lázaro.
Se rió de lo absurdo de las cosas. Nunca había sabido
que un don nadie como el, un leproso, un mendigo,
entraría alguna vez en el cielo. No podía creer que esto
sucediera. Y tampoco podía creer lo contrario: que un
rico, el más rico de la ciudad, iría al infierno. Se
rió.
Y Lázaro aún se ríe. Y también se reirá cuando tú
mueras: si eres alguien se reirá, porque serás
expulsado. Si eres nadie, ordinario, se reirá, porque
serás recibido.
En este mundo, porque existe el ego, todas las
valoraciones pertenecen al ego. En el otro mundo, en la
otra dimensión, las valoraciones pertenecen al no-ego.
De ahí, el énfasis de Buda en no-ser, anatta. El dijo:
"Ni siquiera creas 'Soy un alma', porque también eso
puede convertirse en un ego sutil. No digas 'Aham
Brahmasmi: Soy Brahma, soy el Ser Supremo'. Ni siquiera
digas eso, porque el Yo es muy astuto. Puede engañarte.
Te ha engañado durante muchas, muchas vidas y puede
seguir engañándote. Simplemente di: 'No soy' y permanece
en ese no-ser, permanece en esa nada, vacíate del ser".
Hay que deshacerse del ser. Una vez que se ha arrojado
al ser, no falta nada. Empiezas a rebosar y comienzan a
caer flores sobre ti.
Subhuti era uno de los discípulos de Buda.
Recuerda: "uno de ellos".
Pudo comprender la potencia del vacío.
Era sólo uno de tantos, por eso fue capaz de comprender
la potencia del vacío. Nadie hablaba de él, nadie le
conocía. Caminó con Buda, le siguió en muchos, muchos
caminos en sus viajes. Nadie sabía que él también estaba
allí; si hubiese muerto nadie se habría dado cuenta. Si
se hubiera escapado nadie lo habría sabido, porque nadie
sabía que Subhuti estaba allí. Él supo, poco a poco,
siendo nadie, de la potencia del vacío.
¿Cuál es el significado de esto? Que cuanto más se
convertía en una no-entidad, más sentía que Buda se
estaba acercando a él. Nadie más se daba cuenta, pero
Buda era consciente. Todo el mundo se asombró cuando
estas flores llovieron sobre él, pero no Buda. Cuando le
contaron que algo le había sucedido a Shubuti, Buda
dijo: "Lo estaba esperando. Iba a suceder en cualquier
momento. Se ha borrado tanto a sí mismo que iba a
suceder cualquier día. No me sorprende en lo más
mínimo". Pudo comprender la potencia del vacío ¡estando
vacío! Tú no conoces el poder del vacío. No conoces el
poder de estar totalmente ausente por dentro. Tú sólo
conoces la pobreza del ego.
Pero intenta comprender. ¿Te has sentido alguna vez
realmente poderoso con el ego? Con el ego siempre te
sientes impotente. Por eso dice el ego: "Engrandece un
poco más tu imperio para que te puedas sentir poderoso;
no, esta casa no basta, es necesaria una casa más
grande; no, este balance bancario no basta, es necesario
un balance bancario mayor; no, esta fama no basta, un
poco más". El ego siempre pide más. ¿Por qué? Si es
poderoso, ¿por qué seguir pidiendo más? El mero anhelo
de más dice, muestra, que el ego se siente impotente.
Tienes un millón de rupias y eres impotente. El ego
dice: "No, un millón no es suficiente, ten diez millones
de rupias". Y yo os digo: con diez millones de rupias
serás diez veces más impotente, eso es todo. Y entonces
el ego dirá: "No, esto no es suficiente".
Nada es suficiente para el ego. Esto prueba tan sólo que
eres impotente, que careces de poder. Cuanto más poder
ganas, con menos poder te siente por contraste. Cuanto
más rico te haces, más pobre te sientes. Cuanto más
sano, más temeroso de la muerte; cuanto más joven, más
sientes que la vejez se acerca.
El opuesto está a la vuelta de la esquina, y si tienes
un poco de inteligencia verás que el opuesto está
alcanzándote, atenazándote el cuello. Cuanto más bello
eres, más sientes tu fealdad interna.
Realmente el ego nunca es poderoso. Sólo sueña con el
poder, piensa en el poder, reflexiona sobre el poder;
pero son sólo sueños y nada más. Y los sueños están ahí
sólo para ocultar la impotencia que hay dentro de ti,
pero no pueden ocultar la realidad. Hagas lo que hagas,
desde aquí o desde allá, de nuevo la realidad llega y
destroza todos los sueños.
El ego es la cosa más importante del mundo. Pero nadie
se da cuenta de ello, porque el ego sigue pidiendo más,
nunca te permite detenerte a mirar la situación. Antes
de que te des cuenta, te empuja más y más hacia adelante
en algún sitio. La meta siempre está en algún sitio
cerca del horizonte. Y está tan cerca que piensas: "Para
el anochecer la alcanzaré".
El anochecer no llega nunca.
El horizonte permanece siempre a la misma distancia. El
horizonte es una ilusión. Todas las metas del ego son
sólo ilusiones. Pero te dan esperanza, y tú sigues
sintiendo: "Un día u otro me haré poderoso". Ahora mismo
permaneces sin poder, impotente, inferior; pero en el
futuro, en la esperanza, en el sueño, te haces poderoso.
Debes ser consciente de que muchas veces, sentado en tu
silla, empiezas a soñar despierto: te has convertido en
el emperador de todo el mundo o en el Presidente de los
Estados Unidos, e inmediatamente empiezas a disfrutarlo.
Todo el mundo te mira, te has convertido en el punto
focal de la atención de todo el mundo. Así ese sueño te
estimula, te intoxica. Si sueñas así, caminarás de forma
diferente. Esto es lo que le está sucediendo a todo el
mundo.
Tu potencial permanece en los sueños, tú permaneces
impotente.
La verdad es justo lo opuesto: cuando no la buscas,
viene; cuando no la pides, te es dada; cuando no la
anhelas, está ahí; cuando no vas al horizonte, de pronto
te das cuenta de que siempre ha sido tuya, aunque nunca
la viviste. Está ahí dentro, y tú la buscas fuera. Está
ahí dentro de ti y tú vas fuera. La estás llevando. El
poder más supremo, lo Divino mismo, está en ti. Y tú
estás buscando aquí y allá como un mendigo.
Pudo comprender la potencia del vacío. Estando vacío,
comprenderás; no hay otra forma de comprender. Lo que
quieras comprender, sé eso, porque ésa es la única forma
de alcanzarlo. Intenta ser un hombre ordinario, nadie,
sin nombre, sin identidad, sin nada que exigir, sin
ningún poder que forzar sobre los demás, sin ningún
esfuerzo por dominar, sin ningún deseo de poseer, tan
sólo siendo una no-entidad. Inténtalo, ¡y mira lo
poderoso que te vuelves! ¡Qué lleno de energía y qué
rebosante! Tan poderoso que puedes compartir tu poder.
Tan lleno de dicha que puedes dársela a muchos, a
millones. Y cuanto más das, más te enriqueces. Cuanto
más compartes, más creces. Te conviertes en una
corriente.
Pudo comprender la potencia del vacío: el punto de vista
de que nada existe excepto en su relación de
subjetividad y objetividad.
Ésta es una de las más profundas meditaciones que
descubrió Buda. Él dice que todo existe en relación:
todo es relativo, no algo absoluto, sustancial. Por
ejemplo: tú eres pobre, yo soy rico. ¿Es algo sustancial
o sólo una relación? Puede que yo sea pobre en relación
a otra persona, y puede que tú seas rico en relación a
alguna otra persona. Incluso un mendigo puede ser rico
en relación a otro mendigo; hay mendigos ricos y
mendigos pobres. Un rico es pobre en comparación con
otro más rico. Tú eres pobre -¿es tu pobreza existencial
o sólo una relación? Es un fenómeno relativo. De no
existir nadie con el que relacionarte, ¿qué serás? ¿Rico
o pobre?
Piensa: de pronto toda la humanidad desaparece y te
quedas sólo en la Tierra, ¿qué serás: rico o pobre?
Simplemente serás tú, ni rico ni pobre, porque, ¿cómo
comparar? No hay un Rockefeller con quien compararse. No
hay mendigos con los que compararse. ¿Serás guapo o feo
cuando estés solo?: Ninguno de los dos; simplemente
serás tú. Sin nada con lo que compararte, ¿cómo vas a
ser feo o guapo?
Y así con la belleza y la fealdad, la riqueza y la
pobreza, y con todas las demás cosas.
¿Eres sabio o tonto? ¿Tonto o sabio?: ¡Ninguno de los
dos! Así que Buda dice que todas estas cosas existen en
relación. No son existenciales.
Son sólo conceptos.
¡Y estamos tan preocupados con cosas que no son! Estás
demasiado preocupado de si eres feo. Estás demasiado
preocupado de si eres guapo. Y te preocupas por algo que
no existe.
Algo relativo no es. Es sólo una relación, como si
hubieras dibujado algo en el cielo, una flor de aire.
Incluso una burbuja en el agua es más sustancial que las
relatividades. ¿Quién eres si estás solo? El ser alguien
llega en relación con alguien.
Eso significa: ser nadie es estar en la naturaleza; ser
nadie es estar en la existencia.
Y estás solo, recuerda. La sociedad sólo existe fuera de
ti. En lo profundo de tu interior estás solo. Cierra los
ojos y mira si eres bello o feo: ambos conceptos
desaparecen; dentro no hay belleza ni fealdad. Cierra
los ojos y contempla quién eres. ¿Respetado, no
respetado? ¿Moral, inmoral? ¿Joven, viejo? ¿Negro,
blanco? ¿Amo o esclavo? ¿Quién eres? Cierra los ojos y
en tu soledad caen todos los conceptos. No puedes ser
nada. Entonces surge el vacío; todos los conceptos han
sido anulados. Sólo permanece tu existencia.
Ésta es una de las meditaciones más profundas que
descubrió Buda: SER NADIE. Y esto no hay que forzarlo.
No tienes que pensar que eres nadie, tienes que darte
cuenta de ello; si no, tu "nadiedad" será demasiado
pesada. No tienes que pensar que eres nadie, simplemente
tienes que darte cuenta de que todas las cosas que
piensas que eres son relativas.
Y la Verdad absoluta no es relativa. La Verdad no es
relativa. No depende de nada, simplemente está ahí. Así
que descubre la Verdad dentro de ti y no te preocupes
por las relaciones. Las relaciones difieren, las
interpretaciones difieren. Y si las interpretaciones
cambian, tú cambias.
Cuando algo está de moda, si lo usas, eres moderno,
apreciado. Si ha pasado de moda y lo usas, estás
desfasado, no eres respetado. Hace cincuenta años algo
estaba de moda y habrías sido moderno. Cincuenta años
después puede ponerse de moda otra vez y entonces de
nuevo serás moderno. Ahora mismo está pasado de moda.
¿Pero quién eres tú? ¿Modas cambiantes? ¿Conceptos
cambiantes? ¿Relatividades?
Uno de mis amigos era comunista, pero muy rico, y nunca
sintió la contradicción. Era un burgués bien alimentado
que jamás trabajó con sus manos. Tenía muchos criados;
pertenecía una antigua familia real. Hizo un viaje a
Rusia en 1940. Cuando regresó, me dijo: "Dondequiera que
fui, me empecé a sentir culpable. Porque siempre que
estreché las manos de alguien pude sentir inmediatamente
que el otro sentía que mis manos no llevaban ninguna de
las marcas de un trabajador. No son proletarias, son
burguesas, ¡suaves!, ¡femeninas! E inmediatamente la
cara de la otra persona cambiaba y soltaba mi mano como
si yo fuese intocable". Me dijo: "En la India, siempre
que estrecho las manos de alguien mis manos son
apreciadas. Son bellas, femeninas, artísticas. En cambio
en Rusia me sentí tan culpable de mis manos que incluso
empecé a pensar en cómo destruir su suavidad, para que
nadie me mirase como a un explotador, un burgués, un
rico".
Porque allí, el trabajo se ha convertido en un valor. Si
eres proletario en Rusia eres alguien. Si eres rico,
eres un pecador. Cualquier cosa es sólo un concepto
relativo.
En la India hemos respetado a los bhikkus, swamis,
sannyasins. Y también fue así en la China anterior a
Mao. El hombre que renunciaba al mundo era el más
respetado y la sociedad cuidaba de él; era la cima más
alta de la humanidad. Cuando llegó el comunismo a China,
miles de monasterios fueron completamente destruidos, y
todos los monjes -respetables hombres del pasado- se
convirtieron en pecadores porque no trabajaban. Desde
entonces sólo puedes comer si trabajas, y mendigar es
una explotación prohibida por la ley; ahora nadie puede
mendigar.
Si Buda hubiese nacido en la China de Mao habría tenido
dificultades. No se le habría permitido mendigar, se
habría pensado que era un explotador. Incluso si Marx
hubiera nacido en China o Rusia, habría tenido
dificultades, porque en toda su vida lo único que hizo
fue leer en el Museo Británico. No era un proletario, no
era un trabajador. Y su amigo y colaborador, Fredrick
Engels, era muy rico. En Rusia se les adora como dioses,
pero si Fredrick Engels fuese ahora a visitarla, tendría
problemas. Nunca trabajó; vivió del trabajo de los
demás. Y ayudó a Marx; sin su ayuda Marx no habría
escrito Das Kapital o el Manifiesto Comunista. Pero
ahora es diferente. Hoy en Rusia él tendría
dificultades. La moda ha cambiado; los conceptos
cambian.
Recuerda esto: lo que cambia es relativo y lo que
permanece sin cambiar es absoluto; y tu ser es absoluto,
no es parte de la relatividad.
...el punto de vista de que nada existe excepto en su
relación de subjetividad y objetividad.
Si comprendes bien este punto de vista, si reflexionas y
meditas sobre él, de pronto se hace la luz en tu
interior y ves que todo está vacío.
Un día, cuando Subhuti estaba sentado bajo un árbol en
un estado de sublime vacío...
Recuerda las palabras sublime vacío, porque a veces tú
también te sientes vacío pero ello no es sublime. A
veces tú también te sientes vacío, pero no es un vacío
extático: es una depresión, un vacío negativo, no un
vacío positivo. Debes recordar esta distinción.
Un vacío negativo significa que te sientes fracasado,
sin comprender. Has intentado alcanzar algo en el mundo
y no lo has alcanzado. Te sientes vacío porque no
pudiste conseguir lo que deseabas: no pudiste conseguir
la mujer que querías y te sientes vacío; el hombre tras
el que andabas escapó y te sientes vacía; el éxito con
el que soñabas no llegó y te sientes vacío. Este vacío
es negativo: es tristeza, depresión, un estado de mente
deprimido. Si te sientes vacío de esa forma, recuerda,
las flores no lloverán sobre ti. Tu vacío no es real, no
es positivo. Aún estás tras las cosas, y por eso te
sientes vacío. Aún estás tras el ego: querías ser
alguien y no pudiste. Es un fracaso, no una comprensión.
Así que recuerda: si renuncias al mundo por un fracaso,
no hay verdadera renuncia, no es sannyas, no es
verdadero. Si renuncias al mundo a través de la
comprensión, eso es totalmente diferente. No renuncias
como un esfuerzo triste y frustrante. No lo haces como
un suicidio. Recuerda: si tu sannyas es un suicidio,
entonces las flores no lloverán sobre ti; y entonces te
alejas. Seguramente conocerás la fábula de Esopo.
Pasaba una zorra y había uvas, pero la viña estaba en lo
alto de un árbol. La zorra las intentó atrapar una y
otra vez, pero estaban fuera de su alcance, así que se
fue diciendo: "No merecen la pena, todavía no están
dulces y maduras. Son amargas". No pudo alcanzarlas,
pero para el ego es difícil aceptar que "soy un
fracaso". En vez de reconocer: "He fracasado, estaban
fuera de mi alcance", el ego dirá: "No valían la pena".
Vuestros muchos sannyasins, los mal llamados santos, son
iguales a la zorra de Esopo. Han renunciado al mundo no
porque comprendieran su futilidad, sino porque eran unos
fracasados y el mundo estaba más allá de su alcance, y
así están llenos de rencor y quejas. Si vas con ellos,
encuentras que dicen: "La riqueza es suciedad, y, ¿qué
es una mujer hermosa? ¡Nada excepto huesos y sangre!".
Pero, ¿a quién están tratando de convencer?: tratan de
convencerse a sí mismo de que las uvas son agrias y
amargas.
¿Por qué hablar de mujeres cuando has dejado el mundo?
¿Y por qué hablar sobre la riqueza cuando no estás
interesado en ella? Ello demuestra que todavía existe un
profundo interés; aún no puedes aceptar el fracaso, y la
comprensión no ha surgido.
Siempre que estás en contra de algo, recuerda, no ha
surgido la comprensión; porque en la comprensión los
pros y los contras desaparecen. En la comprensión no
eres hostil al mundo. En la comprensión no condenas al
mundo y a la gente. Si sigues condenando, tu condena
evidencia que hay una herida en alguna parte y que te
sientes celoso; porque sin celos no puede haber condena.
Condenas a la gente porque de alguna forma, en alguna
parte, inconscientemente, sientes que están disfrutando
y que tú te lo has perdido. Sigues diciendo que este
mundo es sólo un sueño, pero si es realmente un sueño,
¿por qué insistir en que es un sueño? Nadie insiste
sobre los sueños. Te despiertas por la mañana y sabes
que tu sueño fue un sueño y se acabó. No vas diciendo a
la gente que cualquier cosa que sean es un sueño.
Recuerda un truco de la mente: tratas de convencer de
algo a la gente tan sólo para convencerte a ti mismo,
porque cuando el otro se siente convencido, tú te
sientes bien.
Si vas y le dices a la gente que el sexo es pecado y
ellos quedan convencidos o no pueden refutarte, te pones
feliz. Te has convencido a ti mismo. Mirando los ojos de
los demás estás tratando de cubrir tu propio fracaso.
El vacío negativo es inútil. Es simplemente la ausencia
de algo. El vacío positivo es la presencia de algo, no
la ausencia, por eso el vacío positivo se convierte en
poder. El vacío negativo se convierte en un estado
mental triste, deprimido: simplemente te derrumbas hacia
adentro, eso es todo. Sintiéndote fracasado, sintiéndote
descorazonado, sintiendo por todas partes el muro que no
puedes cruzar, sintiéndote impotente, tu reacción será
censurar y condenar.
Pero eso no es crecimiento, eso es una regresión. Y en
lo profundo no puedes florecer, porque sólo la
comprensión florece, nunca la depresión, y si tú no
puedes florecer, la Existencia no va a llover flores
sobre ti. La Existencia simplemente te responde.
Cualquier cosa que seas, la Existencia te da más de eso.
Si dentro de tu ser florecen muchas flores, más flores
lloverán sobre ti. Si tienes una profunda depresión, la
Existencia también incidirá en tu depresión. Lo que eres
llamará a la puerta. Lo que eres te será devuelto
multiplicado.
Así que sé cuidadoso y estáte alerta. Y recuerda, un
vacío sublime es un fenómeno positivo. No se es un
fracasado: simplemente se mira y se comprende que los
sueños no pueden cumplirse. Y entonces no hay tristeza
en absoluto, sino la felicidad de haber llegado a esta
comprensión de que los sueños no pueden cumplirse. Uno
nunca se siente deprimido, desesperanzado, simplemente
se siente feliz y dichoso porque ha llegado a una
comprensión: ahora no intentaré lo imposible; ahora no
intentaré lo inútil. Y uno nunca dice que el objeto del
deseo sea malo; cuando estás en el sublime vacío
positivo dices que el deseo es erróneo, no el objeto del
deseo. Ésta es la diferencia.
En el vacío negativo ves el objeto del deseo como
erróneo, así que tratarás de cambiarlo por otro objeto.
Si el objeto erróneo es la riqueza o el poder, lo
dejarás y harás que el objeto sea Dios, la liberación,
el cielo, etcétera.
Si el vacío es perfecto y sublime y positivo, no ves el
objeto como erróneo, simplemente ves que ese deseo es
fútil; los objetos están bien, pero el deseo es fútil.
Entonces no cambias tu deseo de un objeto a otro objeto;
simplemente abandonas el deseo mismo.
No deseando, floreces. Deseando, te vuelves más y más
paralizado y muerto.
Un día, cuando Subhuti estaba sentado bajo un árbol en
un estado de sublime vacío...
Vacío pero feliz, vacío pero lleno; vacío pero sin que
falte nada, vacío pero rebosante; vacío pero en calma,
en casa.
...empezaron a caer flores a su alrededor.
Se sorprendió, porque no era nadie. Él nunca lo esperó.
Si lo esperas, nunca caen. Si no lo esperas, caen y
entonces te sorprendes. ¿Por qué? Subhuti debió pensar
que algo había ido mal. ¿Cayendo sobre Subhuti, un don
nadie, y también cuando está vacío? ¿Ni siquiera
pensando en Dios, ni siquiera pensando en la liberación,
ni siquiera meditando (porque cuando estás meditando no
estás vacío, estás haciendo algo, estás lleno de tu
esfuerzo), sin hacer nada? Subhuti debió ponerse alerta
porque algo había ido mal: Los dioses se han vuelto
locos. ¿Por qué estas flores, sin ser la estación? Debió
mirar al árbol y debió mirarse a sí mismo de nuevo:
¿Estás lloviendo flores sobre mí? No podía creerlo.
Recuerda, cuando te suceda lo Supremo, te sorprenderás,
porque nunca lo supusiste; ni siquiera lo esperabas, no
te hacías ilusiones. Y a los que están suponiendo y
esperando y anhelando y orando y deseando, nunca les
sucede, ¡porque están tensos! Nunca están vacíos, nunca
están relajados.
El universo viene a ti cuando estás relajado, porque
entonces eres vulnerable, abierto: todo puertas
abiertas. Por cualquier parte, Dios es bienvenido. Pero
no estás rezando, y no estás pidiéndole que venga, no
estás haciendo nada. Cuando no estás haciendo nada,
simplemente en un estado de vacío sublime, te conviertes
en el templo, y Él viene.
...en un estado de sublime vacío, empezaron a caer
flores a su alrededor.
Él miró a su alrededor. ¿Qué está sucediendo? No podía
creerlo. Nunca lo había supuesto. No podía creer que él
fuese merecedor, o que fuera capaz, o que hubiese
crecido.
"Te alabamos por tu discurso sobre el vacío", le
susurraron los dioses.
Tenían que susurrar. Debieron haber mirado a los ojos
asombrados de este Subhuti, tan sorprendido. Dijeron:
"Te estamos alabando. No estés tan sorprendido y
asombrado. ¡Tranquilo! Simplemente te alabamos por tu
discurso sobre el vacío!.
"Pero yo no he hablado del vacío", dijo Subhuti.
"¡Yo no he dicho nada!".
"No has hablado del vacío, no hemos oído el vacío",
respondieron los dioses. "Esto es verdadero vacío".
Y cayeron flores sobre Subhuti como lluvia.
Intenta comprender. Dijeron: "Te alabamos por tu
discurso sobre el vacío", y él no estaba hablando a
nadie, no había nadie. No estaba hablándose a sí mismo
porque estaba vacío, no dividido. No estaba hablando en
absoluto. Simplemente estaba allí. Por su parte nada
estaba siendo hecho, ninguna nube de pensamiento
atravesaba su mente, ningún sentimiento surgía en su
corazón: estaba simplemente como si no estuviera. Estaba
simplemente vacío. Y los dioses dijeron: "Te alabamos
por tu discurso sobre el vacío". De forma que él aún se
sorprendió más y dijo: "¿Qué? Yo no he hablado del
vacío, ¡yo no he dicho nada!". Ellos dijeron: "Tú no has
hablado y nosotros no hemos oído. Esto es verdadero
vacío" -Porque no puedes hacer discursos sobre el vacío,
sólo puedes estar vacío; ése es el único discurso. De
todo lo demás se puede hablar, todo lo demás se puede
convertir en un sermón, un objeto de sermón, todo lo
demás puede ser comentado, discutido; pero no el vacío.
Porque el esfuerzo mismo de decir algo sobre él lo
destruye. En el momento en que lo dices ya no está allí.
Una sola palabra, y el vacío se ha perdido. Incluso una
sola palabra puede llenarte, y el vacío desaparece.
No, no se puede decir nada sobre él. Nadie ha dicho
nunca nada sobre él. Sólo puedes estar vacío, y ése es
el discurso.
Ser es el discurso. El vacío nunca puede convertirse en
un objeto del pensamiento. El estado de no-pensamiento
es su naturaleza. Así que los dioses dijeron: "Tú no has
dicho nada y nosotros no hemos oído. ¡Ésa es su belleza!
Por eso te alabamos. Raramente sucede que alguien esté
simplemente vacío. Esto es verdadero vacío". Y él ni
siquiera se daba cuenta de que era vacío, porque si te
das cuenta, algo extraño ha entrado en ello: estás
dividido, en partes. Cuando uno está realmente vacío no
hay otra cosa que vacío, ni siquiera la consciencia del
vacío. Ni siquiera el testigo está allí. Uno está
perfectamente alerta, uno no está dormido -pero el
testigo no está allí. Va más allá de ser testigo, porque
siempre que eres testigo de algo hay una ligera tensión
en tu interior, un sutil esfuerzo, y entonces el vacío
es una cosa y tú eres otra. Tú eres testigo de ello; no
estás vacío. Entonces de nuevo el vacío no es más que un
pensamiento en la mente.
Algunos vienen a mí y dicen: "He experimentado un
momento de vacío". Y yo les digo: "Si tú lo has
experimentado entonces olvídate de ello, porque ¿quién
lo puede experimentar? El experimentador es suficiente,
una barrera suficiente. ¿Quién lo puede experimentar?".
El vacío no puede ser experimentado, no es una
experiencia, porque el experimentador no está allí; el
experimentador y la experiencia se han hecho uno. Es un
experimentando.
Permitidme acuñar esta palabra: es un experimentando. Es
un proceso indiviso; y ambos polos han desaparecido,
ambas orillas han desaparecido y sólo el río existe. No
puedes decir: "Yo experimenté". porque tú no estabas
allí, ¿cómo vas a experimentarlo? Y una vez que entras
en ello no puedes convertirlo en una experiencia pasada,
no puedes decir: "Yo experimenté", porque entonces se
convierte en una memoria del pasado.
No, el vacío nunca puede convertirse en una memoria,
porque el vacío nunca puede dejar rastro. No puede dejar
ninguna huella. ¿Cómo puede el vacío convertirse en una
memoria del pasado? ¿Cómo puedes decir: "Yo
experimenté?" Siempre está en el ahora, es un
experimentando. No es ni pasado ni futuro, siempre es un
proceso en marcha. Una vez que entras, has entrado. Ni
siquiera puedes decir: "Yo experimenté"; por eso Subhuti
ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba sucediendo.
Él no estaba allí. No había ninguna distinción entre él
y el universo. Ninguna distinción. Todos los límites se
disolvieron. El universo comenzó a fundirse en él, él se
fundió en el universo: fusión, disolución, unidad. Y los
dioses dijeron, "Esto es verdadero vacío". Y cayeron
flores sobre Subhuti como lluvia.
Esta última línea hay que comprenderla muy
cuidadosamente, porque cuando alguien te dice que estás
vacío, el ego puede regresar inmediatamente, porque te
darás cuenta, y sentirás que se ha conseguido algo. De
pronto los dioses te harán darte cuenta de que estás
vacío.
Pero Subhuti es excepcional, extraordinariamente
excepcional. A pesar de lo que los dioses gritaban a su
alrededor, susurraban a su oído, y caían flores sobre él
como lluvia, a él no le importó. Simplemente se mantuvo
silencioso. Ellos dijeron, "¡Has hablado, has dado un
discurso!". El escuchó sin regresar. Ellos dijeron, "No
has hablado, no hemos oído. ¡Esto es verdadero vacío!".
No había ego diciendo: "Me ha sucedido la verdadera
felicidad. Ahora me he iluminado"; y de esta forma
hubiese errado en el último punto. E inmediatamente las
flores habrían dejado de caer si él hubiese regresado.
No, él debió cerrar los ojos y debió haber pensado:
"Estos dioses están locos y estas flores son sueños; ¡no
te preocupes"!.
El vacío era tan hermoso que ahora nada podía ser más
hermoso que eso. Él, simplemente permaneció en su vacío
sublime, por eso las flores cayeron sobre Subhuti como
lluvia. Ahora no caían unas pocas aquí y otras pocas
allá, ahora caían como lluvia.
Ésta es la única historia sobre Subhuti, no se vuelve a
decir nada sobre él. No se le menciona de nuevo en
ninguna parte. Pero yo os digo que las flores aún siguen
cayendo. Subhuti ya no está bajo ningún árbol, porque
cuando uno se vuelve real y totalmente vacío, uno se
disuelve en el universo.
Pero el universo aún lo celebra. Siguen lloviendo
flores.
Pero tú sólo serás capaz de conocerlas cuando lluevan
para ti. Sólo cuando Dios llama a tu puerta sabes que
Dios es, nunca antes.
Todos los argumentos son inútiles, ningún discurso da en
la diana; a no ser que Dios llame a tu puerta. A no ser
que te suceda a ti, nada puede convertirse en una
convicción. Hablo de Subhuti porque esto me sucedió a mí
y no es una metáfora, es literal. Había leído acerca de
Subhuti con anterioridad, pero pensé: "Es una metáfora,
hermosa, poética". Nunca había tenido uña ligera noción
de que esto sucediese en realidad. Nunca pensé que esto
fuera un fenómeno realista, algo real que sucede.
Pero ahora os digo que sucede. Me sucedió a mí, te puede
suceder a ti; pero es necesario un vacío sublime.
Y nunca te confundas. Nunca pienses que tu vacío
negativo puede hacerse sublime alguna vez. Tu vacío
negativo es como la oscuridad; el vacío sublime es como
la luz, es como un sol naciente. El vacío negativo es
como la muerte. El vacío sublime es como la vida, la
vida eterna; es dicha.
Permite que ese estado penetre más y más profundo en ti.
Ve y siéntate bajo los árboles. Simplemente siéntate,
sin hacer nada. ¡Todo se detiene! Cuando tú te detienes,
todo se detiene. El tiempo no se moverá, como si de
pronto el mundo hubiera llegado a una cima donde no hay
movimiento. Pero no tengas la idea de que "ahora estoy
vacío", si no lo perderás. E incluso si los dioses
comienzan a llover flores sobre ti, no prestes mucha
atención.
Y ahora que conoces la historia, ni siquiera preguntes
por qué. Subhuti tuvo que preguntar, tú no lo necesitas.
E incluso si susurran por sí mismos: "Hemos oído el
verdadero vacío y el discurso sobre él", no te importe.
Y las flores caerán como lluvia sobre ti también.