Ya te sientas fatigado o no ¡oh hombre!, no descanses;
no ceses en tu lucha solitaria,
sigue adelante y no descanses.
Caminarás por senderos confusos y enmarañados
y solo salvarás unas cuantas vidas tristes.
¡Oh hombre!, no pierdas la fe, no descanses.
Tu propia vida se agotará y anulará,
y habrá crecientes peligros en la jornada.
¡Oh hombre! soportas todas esas cargas, no descanses.
Salta sobre tus dificultades
aunque sean más altas que montañas,
y aunque más allá solo haya campos secos y desnudos.
¡Oh hombre!, no descanses hasta llegar a esos campos.
El mundo se oscurecerá y tú verterás luz sobre él
y disiparas las tinieblas.
¡Oh hombre!, aunque la vida se aleje de ti, no
descanses.
¡Oh hombre!, no descanses;
procura descanso a los demás
(Esta oración fue hecha en la mañana del 15 de Enero
de 1948;
a las 5´15 de la tarde de ese mismo día,
murió asesinado, repitiendo: ¡Hai Rama! –¡Oh, Dios!- )