INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA DEL PERÚ
                      
                      20 DE NOVIEMBRE,
                      DÍA DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL
                      DE LOS DERECHOS DEL NIÑO
                      
                      NUEVOS DERECHOS
                      UNIVERSALES DEL NIÑO
                      
                      Propuesta:
                      Danilo Sánchez Lihón
                      Director INLEC DEL PERÚ
                      
                      Cuatro secciones conforman la “Convención Internacional
                      sobre los Derechos de la niñez”, adoptada por la Asamblea
                      General de la Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y
                      firmada hasta la fecha por más de 160 países, abarcando
                      derechos de 1) supervivencia, 2) crecimiento, 3)
                      protección, y 4) participación. Proponemos ahora los
                      Derechos a la Esperanza, uno de cuyos capítulos trataría
                      En Torno a la Fantasía e Imaginación, ineludible
                      tratándose de niños. En fecha anterior propusimos un
                      cuerpo de principios En Torno a la Lectura y los Libros,
                      que reproducimos también en esta oportunidad.
                      
                      
                      EN TORNO A LA FANTASÍA E IMAGINACIÓN
                      
                      1. Reconocer, mediante resoluciones internacionales y
                      leyes de cada país, la importancia, significación y
                      trascendencia de soñar, como un recurso de carácter
                      estratégico y base del desarrollo económico, social y
                      cultural de la colectividad, precisando que sin la
                      fantasía e imaginación la realidad no sería completa y es
                      sólo con estos atributos que la vida llega a ser verdad.
                      2. Estipular que el sistema educativo debe propiciar la
                      imaginación, que así como hay maestros de estética o
                      lógica haya maestros de fantástica, incluso funcionarios
                      que inciten a la imaginación, a fin de que a partir de los
                      sueños las personas cobremos ánimo a favor de alcanzar
                      ideales, se alcen y echen a flamear banderas y estandartes
                      defendiendo la vida que es hermosa y no es justo
                      desperdiciarla ni en falsos problemas ni en trivialidades.
                      3. Aprobar que los niños tienen derecho a zambullirse, con
                      zapatos y todo, en los manantiales de la imaginación sin
                      que nadie intente por ello reprenderle sino al contrario,
                      echarse a volar junto a ellos hacia mundos distantes,
                      distintos y hasta opuestos; otorgando prioridad a la
                      confección de un artefacto sencillo, un par de alas
                      externas –en vez de producir armas y material bélico– con
                      las que podrán dar un par de vueltas por la realidad, para
                      luego reinventarla.
                      4. Tienen derecho –los niños, y los seres humanos en
                      general– a no ser sancionados si olvidan realizar
                      cualquier actividad por contemplar el abrirse de una flor,
                      desenroscarse una oruga, discurrir las aguas de un río,
                      seguir paso a paso el lento caminar de un escarabajo. Que,
                      ante la felicidad de contemplar un arco iris, el cielo
                      tachonado de estrellas, los campos de trigo a la luz del
                      plenilunio, se cierren los cuadernos y guarden las teorías
                      5. Tienen derecho los niños a subir a lo más empinado de
                      una torre y contemplar el milagro de la creación. Que se
                      abran los lugares más altos de los edificios y desde allí
                      se pueda avizorar e imaginar un mundo mejor. Que haya
                      excursiones obligatorias a las cimas de las montañas a fin
                      de arrobarse ante el vasto panorama estelar. Tienen
                      derecho a conocer un castillo, un lago, una catarata;
                      mojarse en la lluvia, moldear la arcilla y navegar en el
                      mar.
                      6. Tienen derecho a ser valorados por la osadía de sus
                      sueños y por dicho motivo enaltecidos, siendo
                      identificados y reconocidos por ello. Después de la
                      exposición de una teoría soñar, dejando a un lado la
                      pregunta impertinente del profesor si ésta no alcanza el
                      nivel de la ilusión. Que cuando alguien imagine todo se
                      aquiete y camine de puntillas; que haya una alerta y
                      consigna general para no interrumpir el portento de este
                      hecho extraordinario.
                      7. Los niños tienen derecho y plena libertad de imaginar
                      un mundo mejor, instalando el reino del bien, la belleza y
                      el valor, que son atributos de la infancia. A instaurar la
                      imaginación en el poder. Que ante el anhelo de transformar
                      el mundo no se le replique que es imposible y descabellado
                      intentarlo. Que en este y otros aspectos nosotros vayamos
                      tras ellos.
                      8. Los niños tienen derecho a mirar la realidad con ojos
                      de asombro y admiración. Ante ello no podemos ser
                      críticos, ni mucho menos descreídos o escépticos, sino
                      asirnos a su vuelo por el ámbito de la fantasía, subidos
                      en aquellas naves, trocados en alas y viento, convertidos
                      en todo lo que viaja y se eleva, siendo bienvenidas estas
                      tres gracias: el trabajo gozoso, el honor y la divina
                      locura de amar lo creado.
                      9. Los niños tienen derecho a reconocer que sus brazos
                      antes fueron alas, que con ellos pueden volar por el mundo
                      en su proeza de ser amplios y vastos; que sus manos en el
                      intento de crear rompan esquemas, como algunos objetos y
                      artefactos. Que las manos son para moldear un mundo nuevo
                      y los brazos para cobijar y proteger lo que es débil. Que
                      manos y brazos son la perfección de las alas que llevamos
                      dentro y es con ellos que hay que dar concreción a los
                      sueños.
                      10. Los niños tienen derecho a sumergirse en el mundo del
                      misterio, embrujo y sortilegio. Escuchar los tambores y
                      timbales que resuenan en la tempestad, entrever la sirena
                      que surge envuelta entre lianas y algas; que en la noche
                      estrellada somos dioses actuales y remotos, vigentes y
                      atávicos; que la fantasía no es falsedad, que en nosotros
                      reviven a cada instante y se hacen cotidianos los arcanos.
                      11. Tienen derecho a utilizar toda su paleta de colores
                      para pintar cualquier asunto y cosa. Que en su visión las
                      manzanas pueden ser azules y amarillos los tomates. Que un
                      gato puede tener estampado encima el arco iris, el sol
                      color del capulí. Pedirán sanciones para quienes todo lo
                      pintan de un solo color, peor si es gris, siendo agravante
                      mayor pintar aulas y colegios de colores opacos,
                      mortecinos o lastimeros.
                      12. Tienen derecho a poner su oído en el hueco de un
                      caracol y trasmitirnos en cualquier lenguaje la sabiduría
                      del mar, de sus profundidades y sus inabarcables orillas.
                      Que a partir de esas palabras se cambien conductas y
                      disminuyan de precio los productos; derecho a sumergirse
                      en el océano de la vida, en los secretos que expliquen las
                      razones o sinrazones supremas de esta efímera existencia.
                      13. Tienen derecho a pasar de asombro en asombro, de
                      maravilla en maravilla, de milagro en milagro. A comunicar
                      descubrimientos inesperados, que el árbol de naranjas del
                      patio convierte las pepitas de oro en semilla de nuevos
                      árboles, hecho verdaderamente portentoso; a despertar en
                      la humanidad el anhelo de hacer posibles las utopías
                      pendientes.
                      14. Tienen derecho a darle vida a los seres y objetos que
                      aparentemente no la tienen. A conversar con las nubes, a
                      saber lo que piensan las piedras. A tener comentarios de
                      los vínculos de amor existentes entre sol y la luna,
                      tierra y cielo, cerro y colina que viven juntos.
                      15. Tienen derecho que ante sus preguntas las respuestas
                      de los adultos sean de igual o mayor calidad en cuanto a
                      magia, ingenio y poesía; que lanzados por ellos al mundo
                      incógnito y misterioso –como es frecuente– también
                      participemos en dicho juego. Que si nos preguntan
                      respondamos con igual fascinación que tienen sus
                      averiguaciones.
                      16. Derecho a que si creen en algo no se le desmienta ni
                      corrija, ni se les desencante diciéndoles que eso es
                      falso. A que todo ser se enmiende para ser bueno ante
                      ellos, a fin de mirar el mundo con esperanza. Que su
                      selección de fútbol gane siquiera un campeonato. Que se
                      organicen festivales para dar lugar a que los que nunca
                      han ganado por fin ganen.
                      17. Tienen el derecho a que se le apoye en su convicción
                      de que tienen los mejores padres del mundo y,
                      verdaderamente, se los reconozca así en dicha dimensión.
                      Que su padre y madre sean coronados reyes siquiera una
                      vez. Que su casa es su casa y no de la inmobiliaria que
                      quiere desalojarlos. Que nadie diga que su país es feo y
                      de ladrones; que se repita mil veces que no hay nada en el
                      mundo más bello, bueno y hermoso que él. Porque es verdad.
                      18. Tienen derecho a creer en su familia, en sus hermanos,
                      en la caballerosidad de sus vecinos, en el pundonor de sus
                      gobernantes,  porque lo contrario significará dejar de
                      creer y eso es triste. Los mayores tenemos el deber de
                      luchar porque la realidad no los desmienta. A pedir que
                      las personas de su alrededor sonrían como ellos lo hacen.
                      Que triunfen los seres con los cuales ellos se
                      identifican. Pedir el cambio de un maestro por no sonreír,
                      por vestir de luto, por hablar de catástrofes.
                      19. Tienen el derecho universal a la alegría, a celebrar
                      la vida y mirar cada una de sus manifestaciones con
                      arrobamiento. A caminar libremente por playas, colinas,
                      valles y desiertos; a sacarle el jugo a los amaneceres y
                      crepúsculos. A la danza libre y gloriosa en la adoración a
                      la luna, al sol, al arco iris.
                      20. Tienen derecho a iniciar un viaje en busca de la clave
                      que explique el misterio del universo; a dejarlo todo con
                      dicho propósito, porque puede ser que este asunto
                      irresoluto ellos lo resuelvan. A dejarse guiar por un
                      chispazo, por un latido, por una corazonada. A ser
                      atraídos por lo ignoto, porque finalmente eso somos:
                      encantamientos, misterio, conjuros, adivinanzas y
                      prodigios en la noche.
                      
                      EN TORNO  A LA LECTURA Y LOS LIBROS
                      PROPUESTAS DIRIGIDAS AL NIÑO
                      1. Tienes derecho a que cuando aún habitas en el vientre
                      materno tu madre y padre, además de acariciarte deben
                      leerte rimas, cantilenas, poemas y cuentos; si es posible
                      también plantearte una adivinanza de modo que cuando estés
                      en este mundo, y ya sepas hablar, sorprendas a todos dando
                      la respuesta.
                      2. Tienes derecho a que las personas adultas que te
                      rodean, recreen contigo las aventuras, personajes y
                      situaciones referidas en los libros, hasta  después que te
                      hayas dormido, pudiendo ellas seguir con la lectura ya por
                      su propia cuenta.
                      3. Tienes derecho a exigir que la lectura sea un espacio
                      mágico, admirable y sorprendente; a que todos reconozcan y
                      contribuyan a hacer de ella un acontecimiento fascinante;
                      y a leer en las orillas del mar, en la cumbre de las
                      colinas, en un bote surcando el río o trepado en la copa
                      de los árboles. También a leer los libros al revés, si ése
                      es tu deseo.
                      4. Tienes derecho a que los adultos en tu casa, en la
                      escuela u otro sitio, te lean en alta voz los pasajes de
                      los libros que más te interesan y que al leer su voz sea
                      hermosa, afectiva, plena de resonancias; tronante o
                      apacible según convenga; y que en ella la vida cante su
                      mejor melodía.
                      5. Tienes derecho a relacionar lectura a libertad y pleno
                      disfrute del encanto y la belleza: a primavera y playa; a
                      montañas, arroyos y cascadas, a setos de flores, a
                      gaviotas volando en el cielo azul; a que los libros sean
                      navíos, peces, cometas; frescos como helados, dulces como
                      uvas, silvestres como fresas.
                      6. Tienes derecho a que antes de conocer los libros de
                      texto hayas frecuentado los libros de fantasía, leídos en
                      voz alta por las personas mayores, pudiendo tú preguntar
                      muchas veces qué dice en tal o cuál palabra, para
                      descubrir por ti mismo el secreto de la decodificación
                      alfabética.
                      7. Tienes derecho a indagar en los libros todo lo que se
                      te ocurra acerca de cualquier hecho o cosa del mundo y la
                      vida; a que tu profesor te guíe hasta donde pueda y,
                      después, si él quiere tú puedas guiarlo y orientarlo.
                      8. Tienes derecho a que leer sea parte de la amistad,
                      afecto y confidencia que debe primar entre adultos y niños
                      en relación a la lectura; a que alguien esté a tu lado y
                      exorcice con su voz algún pasaje oscuro del mundo de los
                      libros.
                      9. Tienes derecho a que todo libro esté a tu alcance, por
                      los sitios que pases, incluso en jardines y lugares de
                      juego; y a que no pueden haber libros secuestrados detrás
                      de vitrinas ni impedidos de ser hojeados por estar bajo
                      llave.
                      10. Tienes derecho a nunca ser reprendido por haber
                      deteriorado involuntariamente un libro, motivo por el cual
                      deben estar confeccionados de material adecuado y su costo
                      ha de ser asequible, a fin de no lamentar daños puesto que
                      se trata de ganar lectores aunque se pierdan libros.
                      11. Tienes derecho a exigir que los libros sean prodigios
                      que te hablen de asuntos significativos; que toda la
                      maravilla esté contenida en ellos, que sean gratos para
                      pasar las mejores horas arrobados en sus páginas.
                      12. Tienes derecho a que los adultos conozcan tus
                      inquietudes y aficiones e implementen los libros que las
                      satisfagan y no te impongan los libros de su interés;
                      coadyuvando tú a que la vida se enriquezca con las
                      sugestiones de los buenos libros, porque ¿de qué vale que
                      todo sea hermoso si la vida se desenvuelve en sentido
                      contrario?
                      13. Tienes derecho a que la biblioteca escolar sea
                      preciosa, acogedora y bien iluminada, a que las personas
                      que allí atiendan sean amables y amen a los niños
                      lectores; a no llenar fichas ni papeletas, a que se te
                      preste un libro por indicios de color, olor, tacto y
                      sentido, pudiendo tú preguntar acerca del contenido de tal
                      o cual libro y que la respuesta sea mágica.
                      14. Tienes derecho a emprender un viaje en razón de
                      celebrarse en el lugar al cual te diriges una gran fiesta
                      en honor al libro, donde animen bandas de músicos, se
                      eleven globos, fulguren castillos con luces de bengala; a
                      que todos los días sean el cumpleaños del libro; a que
                      lengua oral y escrita sean cataratas de un mismo río.
                      15. Tienes derecho a realizar excursiones con tus
                      profesores a lugares donde hayan ocurrido los
                      acontecimientos que se narran o presentan en los libros. A
                      realizar paseos hacia las ferias de libros, presentaciones
                      de autores y locales de librerías.
                      16. Tienes derecho a leer libros de poesía y enamorarte de
                      a verdad, a leer libros de mitología y extasiarse mirando
                      las estrellas, a leer libros de astronomía contemplando la
                      rotación de los astros, a leer libros de historia
                      pernoctando a campo traviesa en una noche de luna; a
                      exigir que los libros digan la verdad acerca de la vida y
                      del misterio de la muerte.
                      17. Tienes derecho a que en la escuela y con los maestros
                      practiques en elaborar libros de todo tipo, dándole formas
                      de avión, de barco, de flor; a reconocer como libros a las
                      plantas –sus flores y hojas– a los animales –su pelambre y
                      ojos–, a las calles –sus casas y esquinas–, o a las
                      manifestaciones populares –sus banderas y cánticos–.
                      18. Tienes derecho a no dar ninguna respuesta sino a
                      formular todas las preguntas en relación a los libros. A
                      no hablar –si así lo decides– cuando una lectura te ha
                      impactado, ni siquiera al regresar después de haber
                      caminado largo rato bajo los árboles.
                      19. Tienes derecho a pensar que la frase u oración más
                      marginal de un texto contiene la idea principal, si a ti
                      te parece; a que las pruebas de comprensión lectora las
                      resuelvan los profesores o, de lo contrario, se arranquen
                      esas páginas.
                      20. Tienes derecho a que tu concepto e imagen de los
                      libros y de la lectura sean únicos, a perfilar en ellos tu
                      identidad, a enlazarte allí mano a mano con todos los
                      hombres de la tierra, vivos o muertos; a volver a soñar y
                      construir a partir de ellos un mundo nuevo.
                      
                      INLEC DEL PERÚ
                      Teléfonos: 420-3343 y 420-3860.
                      
                      Estos textos pueden ser reproducidos
                      citando autor y fuente
